Bardán el viajero violinista

Hoy he conocido a Bardán, medio inglés medio irlandés.

Estaba tocando su violín en la calle del Agua y nos pusimos a hablar. Le invité a comer y me contó que lleva viajando por toda Europa desde hace 13 meses, ganándose el pan de cada día con su violín.

Parece una tradición familiar, ya que su padre estuvo tocando música en las calles durante varios años hasta que decidió cambiar de profesión y acabó dirigiendo un prestigioso colegio en el sur de Inglaterra y dando clases de Economía. La madre también es músico.
Tiene un tío que pasó de abandonar los estudios para ser un hooligan convencido, a chófer en una embajada europea a estar ahora ganando mucho dinero en una multinacional en Singapur después que le captara un "headhunter".

Bardán ha aparcado sus estudios universitarios para más adelante. Lo que está aprendiendo es algo que no se enseña en las universidades: conocer distintos países y sus gentes directamente, haciendo inmersión en sus culturas, (Bardán habla además de inglés, españól bastante bien, algo de alemán y de francés) ser independiente y autónomo, vivir con poco y maximizar esfuerzo, dinero y conocimientos.

Después de la comida, que fue muy agradable, cogió el ALSA a Colunga donde quería comprar unas cuerdas para su violín, y el 30 quiere estar en Llanes para el concierto de Hevia, en el festival Llanesalcubo.

Tiene billete desde Roma para ir a casa a pasar la Navidad, así que está entre llegar hasta Santander, coger desde ahí un vuelo a Roma y viajar por la zona hasta la fecha del vuelo; o bien llegar vía norte de España y por Francia a Suiza y bajar luego hasta Roma......
para coger el vuelo a casa.

Vive exclusivamente de lo que gana tocando su violín (folk, algo de clásico), y cuando no le llega para dormir en una pensión pues duerme en las afueras del pueblo o ciudad, en su saco de dormir. Me contó que un día de febrero durmió en un bosque a las afueras de Karlsruhe, en pleno invierno.

Hace una media de 4o euros al día, a veces más (récord son 80 euros), a veces nada.

Bardán, mucha suerte en el resto del viaje, y ¡buena música!

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